Cloud Computing

2016-09-tecnologia09

Extracto editado del Resumen Ejecutivo del informe 13 Cloud Computing. La tercera ola de las Tecnologías de la Información. Fundación de la Innovación Bankinter. Accenture colabora con la Fundación de la Innovación Bankinter en la realización de este estudio del Future Trends Forum (FTF)

La tercera ola de las Tecnologías de la Información

Nos enfrentamos al nuevo paradigma de la computación en nube o cloud computing, según el cual, cualquier cosa que pueda hacerse en informática puede trasladarse a la nube o lo que es lo mismo, a la Red.

Este modelo implica el uso de recursos informáticos como un suministro más, igual que si se tratara de la electricidad o el teléfono. Estos recursos son ofrecidos por proveedores de cloud, que los gestionan en grandes
centros de datos remotos y prestan servicio a múltiples clientes que acceden a ellos a través de cualquier
dispositivo conectado a Internet.

Se estima que el mercado de cloud computing alcanzó los 42.000 millones de dólares en 2012 y engloba a grandes proveedores ya establecidos como Google, Microsoft, Salesforce, IBM o Amazon.

La oferta de ‘cloud’

Los servicios que se ofrecen desde la nube se clasifican en: infraestructuras (Infrastructure as a Service), plataformas de desarrollo (Platform as a Service), aplicaciones (Software as a Service) e incluso procesos de negocio (Process as a Service). La virtualización ha sido el avance clave para la evolución de las nubes y consiste en el uso compartido de servidores entre distintas aplicaciones.

La rentabilidad de los grandes proveedores se basa en las economías de escala, puesto que realizan grandes
inversiones pero tienen costes de distribución insignificantes. De esta forma pueden obtener beneficios de la suma agregada de pequeños consumidores. Los clientes, por el contrario, se ahorran las grandes inversiones en infraestructuras y reciben un servicio de coste variable, con tarifas de pago por uso.

No todos los proveedores ofrecen un sistema de cobro de este tipo y la mayoría siguen basándose en los modelos prepago más predecibles. Sin embargo, empresas como Amazon ya han marcado un camino ineludible que tiende a convertir la informática en un producto indiferenciado.

Las empresas son reticentes a ceder la gestión de su activo más importante, la información, y por ese motivo la
privacidad es el aspecto más preocupante en la nube. Grupos como Cloud Security Alliance y Enterprise Cloud Buyers Council son iniciativas de proveedores y otros involucrados que pretenden dar respuesta a este problema. No obstante, las empresas también recelan de la falta de estándares que limitan el atractivo y la facilidad de «subirse a las nubes». El National Institute of Standards and Technology y el Open Cloud Manifesto siguen alternativas distintas para dar respuesta a esta cuestión.

La nube permite que las empresas se centren más en su negocio y aceleren las mejoras en sus productos y servicios, por lo que fomenta la innovación. Sin embargo, también fomenta la participación de los usuarios y con
ella el crowdsourcing, que constituye un sistema de innovación abierto en el que todos pueden contribuir.

La demanda de ‘cloud’

La crisis económica ha despertado el interés de las empresas y los Gobiernos por la nube como un medio para reducir costes, pero éste no es su único atractivo, puesto que también ofrece un amplio abanico de posibilidades, algo de lo que los usuarios se están dando cuenta poco a poco.

La nube resulta especialmente atractiva para las pymes y start-ups. Primero, ahora que estas empresas no tienen acceso fácil al capital, la reducción de inversiones iniciales que ofrece la nube es un medio para no perder competitividad. Segundo, la nube reduce el time-to-market y gracias a este modelo nuevos servicios pueden estar listos en cuestión de horas con un riesgo limitado. Tercero, acceden a economías de escala a través de los proveedores.

Cuarto, acceden a sistemas de seguridad mucho más sofisticados. Y, por último, se benefician de un soporte al
usuario muy especializado.

A pesar de que pocas empresas utilizaban los servicios cloud hace unos años, el porcentaje que tiene previsto
subirse a la nube es muy alto. El principal motivo para hacerlo es la reducción de costes, pero se prevé que los
motivos cambien una vez superada la crisis. Lo que realmente ofrece la nube a las pymes es la posibilidad de
jugar en una liga superior.

La nube permite que las empresas se centren más en su negocio y aceleren las mejoras en sus productos y servicios, por lo que fomenta la innovación. 

Los servicios en la nube están más extendidos en las grandes empresas. Para éstas, el principal atractivo es poder convertir los costes fijos en variables. Esto permite conocer mejor los costes reales de cada aplicación al mismo tiempo que minimiza el riesgo de lanzamiento de nuevos productos y servicios. No obstante, las futuras oportunidades de la nube son grandes y una de las más importantes será la explotación de las redes sociales. A pesar de esto, sólo un 1% declara haber implementado el cloud computing totalmente y las principales barreras parecen ser la seguridad y la privacidad, aunque la confusión en el término y la dificultad al gestionar los acuerdos de nivel de servicio también son obstáculos importantes.

Sin embargo, el cloud computing no está limitado a las empresas. El gran tamaño, la complejidad y la gran expansión de los servicios de tecnología de los Gobiernos los hace candidatos en esta carrera por subir a las nubes. En este proceso, la sensibilidad de la información gestionada por las Administraciones será el principal
obstáculo. Gobiernos de todo el mundo están lanzando iniciativas a favor de esta tecnología, pero entre ellos destacan los de Gran Bretaña y Japón, que han optado por crear una nube privada «gubernamental».

La Administración tendrá un papel fundamental en la evolución del cloud computing, tanto en su función de regulador, fijando las reglas de juego del mercado, como en su papel de early adopter con un gasto tecnológico superior al de cualquier empresa. Sin embargo, a la hora de ejercer su posición, los Gobiernos no sólo deberán considerar el impacto que puede tener el nuevo modelo en sus mercados, sino también el impacto en los países más necesitados, que pueden convertirse en los grandes beneficiados de esta tecnología.

La nube impulsará la telepresencia, la investigación y la universidad a distancia, factores clave para
igualar la educación en las distintas partes del planeta.

A la hora de lanzarse a la nube, tanto empresas como Gobiernos deberán definir una estrategia adecuada. Para las empresas, identificar las aplicaciones y los usuarios adecuados será el primer paso. Posteriormente, tendrán que evolucionar sus sistemas internos hacia la nube. La transición de los Gobiernos se fundamentará en la sensibilidad de la información, comenzando por migrar la información pública y tratando con más detenimiento los datos no públicos, en especial la información ciudadana.

El nuevo modelo de acceso a la información que se desprende de la nube trasforma la sociedad, que se lanza a
compartir información y a colaborar sin un incentivo económico aparente. Se suelen resaltar los beneficios para
las empresas, pero el cloud computing tiene también potencial humanitario y social.

La nube proviene de la industria privada, pero la comunidad académica debe posicionarse como consejero
independiente y focalizar sus programas técnicos para amoldarlos a las nuevas necesidades de la nube, más
enfocadas a la gestión que al desarrollo. Mientras tanto, la nube impulsará la telepresencia, la investigación y la universidad a distancia, factores clave para igualar la educación en las distintas partes del planeta.

Sin embargo, la nube tendrá que demostrar su lado “verde”. Este modelo hace un uso más eficiente de la energía al aumentar la utilización de los sistemas, pero gran parte de la energía se pierde en la transmisión y refrigeración, y las resumen ejecutivo grandes empresas ya están desarrollando sistemas innovadores para mejorar esta eficiencia.